Nunca dejé una copa a medias





Nunca dejé una copa a medias por no vaya a ser que mañana,
gasté lo que llevaba,
y jamás me quedé esperando.
Quizá por no saber.
Quién sabe.
Sólo me quedé con las ganas cuando mis ganas no eran tus ganas, 
también soy tus noes,
no me quedé con la duda.
La duda mata. 
O paraliza.
Y yo suspendí quedarme sentada.
Cero en todo lo útil.
Tampoco aprendí a callarme.
Y siempre pequé de demás, de excesiva, de insuficiente,
y el mundo era corto y la vida corta 
y me faltaba tiempo para
correr en círculos a ninguna parte.
Siempre en el ahora por si luego es tarde.
¿Ya es tarde?
Mira que me advirtieron...
Ahora me inspiran las frases que otras pintan en las paredes,
escribo,
y planto tomates.
Mi futuro sigue siendo mi presente
y no me va demasiado mal.

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