Domingo de Ramos


Domingo de Ramos, procesión a pompa y boato,
más gente de la que jamás pude imaginar.
Vestidas para la ocasión.
Se presignan.
Se emocionan.
Comen pipas.
Un monaguillo que porta un cirio, sonríe pícaro al de al lado.
Le guiña el ojo de esa forma que sólo algunos controlan
y otras pocas comprendemos.
- Tranquila, ¿no ves, tonta?- me dije.
Esto ya no es lo que era.

No hay comentarios:

Publicar un comentario