Quería decirte que no pude hacerte feliz quizá porque no era lo que pretendía. Tampoco es que pretendiese lo contrario, entiéndeme, es que creo que nadie tiene el poder de "convertir" en feliz a nadie. Ojalá tuviera la varita con la que al tocarte fueras feliz siempre. Con la que cualquiera lo fuera. Pero no es el caso, soy una triste mortal. Lo único que pude ofrecerte es que fueses feliz junto a mí, que lo fuésemos juntas, pero no era bastante. Nunca será bastante.
Ahora entiendo eso de no eres tú, soy yo, que decías.
Tenías razón.

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