Fue mi culpa,
tenías razón.
Lo siento.
Fue culpa mía quererte sin poner condiciones,
abrirte el alma hasta los cimientos, regalándote todos los argumentos para que los arrojaras en mi contra cuando lo que necesitaba era un abrazo,
hacerte partícipe de todas mis parcelas,
presentarte a todos mis amigos,
no haber sabido guardarme un as bajo la manga o un número inconfesable de teléfono.
Mi culpa por haber cerrado los ojos y confiar en tus pasos,
por tener fe religiosa en tu palabra,
por haberme apostado la mano al fuego.
Y mira que me decían...
Fue mi culpa, y ahora lo entiendo,
jugábamos a que ganaba
el que quería menos.
tenías razón.
Lo siento.
Fue culpa mía quererte sin poner condiciones,
abrirte el alma hasta los cimientos, regalándote todos los argumentos para que los arrojaras en mi contra cuando lo que necesitaba era un abrazo,
hacerte partícipe de todas mis parcelas,
presentarte a todos mis amigos,
no haber sabido guardarme un as bajo la manga o un número inconfesable de teléfono.
Mi culpa por haber cerrado los ojos y confiar en tus pasos,
por tener fe religiosa en tu palabra,
por haberme apostado la mano al fuego.
Y mira que me decían...
Fue mi culpa, y ahora lo entiendo,
jugábamos a que ganaba
el que quería menos.
Grande, y que bonita culpa el haberlo entregarlo todo.
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