No te quedes con mis fuertes palabras,
no soy eso.
No me definas por mis pasos seguros,
no soy eso.
No me creas cuando digo que soy de acero,
no soy eso.
Soy la mujer que mira la máscara,
atónita ante el descaro.
Soy el alma herida,
la piel sensible,
el cuerpo desnudo,
el sueño incumplido,
la mente presa.
Soy la que calla cuando la otra habla.
Soy demasiada luz,
demasiado abismo,
demasiadas preguntas,
Soy donde nadie alcanza
por pereza o por miedo.
Piensas que me conoces,
pero no ves lo que muestro,
te quedaste en la corteza,
y soy más
y peor
que todo eso.