A lo mejor la conoces.
Todos los días se toma un café cargado para trabajar en sus sueños, aunque ya le han roto demasiados. Y se aferra a eso de que la esperanza es lo último que se pierde porque ya lo ha perdido todo. Pero continúa, sin saber muy bien cómo. Ni por qué. Intentando pasar desapercibida fingiendo una sonrisa. Creando otras sonrisas sin que apenas le quede boca, porque ya lo ha dicho todo. Y siguen sin escucharla.
A pesar de sí misma llega a otra noche, desfallecida, porque a lo mejor la conoces, pero ni te imaginas la lucha continua que está librando. Se mete en la cama sabiendo que no descansará debido a las pesadillas, con los huesos doloridos y el alma rota. Odiando todo aquello que tiene que ver con los espejos.
A lo mejor no la conoces, pero deberías,
porque antes de cerrar los ojos siempre piensa que mañana, será otro día.

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