Se sienta en silencio y a oscuras
para ver pasar las horas,
las ojeras las mece
en la mecedora.
Viuda de un fantasma errante
que le violó la boca
y las ganas
y la mente
y la risa
y las locuras de esta loca.
Pone mirada ausente,
sólo quiere estar sola,
sólo un alma vacía,
sin cuerpo,
que echar a la fosa,
cementerio de manos frías
y corazón de roca.
Viuda de un vivo que muere
por la luna de otra.
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