Cualquiera que mira de frente al mundo, 
pero de veras,
sin vendas, sin calmantes, sin dioses,
observará un caos indescifrable, inasumible, enloquecedor.
Intentar entender con genuina profundidad toda esta basura y salir indemne es casi obsceno.
Es por eso que enfermé, doctora.
Por mirar al mundo.

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