Casi siempre, por el deseo de encajar (en vano), estoy coartándome. No sólo profesional, también personalmente, termino por ser un engranaje mediocre del sistema. El propio sistema entonces me da la espalda porque nos pretende originales, aunque sin sacar los pies del tiesto. Creatividad mainstream. Y yo, que sólo sé manejarme en los extremos, en muchas ocasiones me pierdo buscando la virtud aristotélica para poder ser yo misma, sin asustar demasiado. El equilibrio perfecto entre mi propia voz y el por favor queredme que tanto anhelo.
¿Me explico?
No he dormido demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario