Envidia

Envidio a cualquiera que toca un instrumento,
al que habla más de un idioma,
a quien por no esperar nada de nadie,
nadie le decepciona.

Envidio a quien puede crear con las manos alguna cosa,
al que tiene paciencia para ver crecer algo en la tierra,
a la que termina una cosa cuando la empieza,
al que no sufre con las desgracias ajenas.

Envidio a quien puede tomarse más de un café al día,
a quien teniendo una opinión puede callársela,
aquel que disfruta con las cosas pequeñas,
envidio a la que no tiene resaca.

Envidio a quien no busca respuestas todo el tiempo,
al que pueda comer lo quiera,
a la que a veces su cerebro le da tregua,
quedándose, por momentos, en silencio.

Envidio a aquellas con familia numerosa,
a las que no le tienen miedo a nada,
ni a la muerte, ni a la enfermedad ni a estar solas,
a quien no necesita expresarlo todo con palabras.

Envidio a quien se permite cometer errores,
al que no tiene que ser coherente con sus ideas,
a quien su mayor anhelo es encontrar el amor de su vida.
Envidio al que tiene al enemigo fuera.



En Sincericidio

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