Nolite te bastardes carborundorum

Llevo una mala racha. Lo habréis notado. Ni escribo ni ganas tengo. El mundo me tiene entristecida. La humanidad me decepciona. La realidad me agota. Físicamente. De verdad. Aunque parezca que no tiene por qué porque no va conmigo. Pero sí que va. Es complicado, pero no sé vivir de otra forma y mira que he gastado recursos en el intento. 
Ayer no podía más. Me senté delante del ordenador mil veces, pero las ideas brotaban. Iban y volvían. Se retorcían y cambiaban. Pasaban de la vergüenza al enfado. De la angustia a la pena más profunda. Quería explicar... que no todos, no todas, joder... que odio es lo que pretenden... que somos iguales... que no hay "ellos"... He leído mucho estos días, he dejado de seguir a gente y me ha dolido la piel con comentarios de gente que conozco. No podía más. Anoche perdí la esperanza y volví al "no future" de mis 16.
Pero es curioso de donde viene la luz algunas veces (imagino que el cerebro tiene que estar dispuesto a captarla) y es que estoy viendo la serie "El cuento de la criada" una distopía (jajajaja) machista y ultracristiana, en el que el papel de las mujeres quedan relegados a esposas, criadas y vientres para procrear. Buenísima. Recomendadísima. Cuando la protagonista no tenía nada, encontró grabado en la pared: "Nolite te bastardes carborundorum".
Es latín.
No dejes que los bastardos te jodan.
A ella le sirvió. Revolvió con fuerza.
A mí también.
Os lo cuento por si necesitáis recuperar la esperanza.