Poseo un número indecente de defectos: me aburro con facilidad, soy a la vez, desordenada y maniática, no congenio con demasiadas personas. Le doy valor absoluto a las ideas, me sobran algunos kilos, hay olores que me hacen vomitar. Soy crítica en extremo, sobre todo conmigo misma, lo que me hace la vida dolorosamente insoportable, meo un número extravagante de veces al día, casi siempre en el momento inoportuno, no gano mucho dinero, y lo peor es, que no me importa. No me permito ni un fallo, ni una duda, ni una incoherencia, no tengo paciencia con nada ni con nadie, me salen pelos en sitios insospechados. Soy la típica alérgica coñazo que pregunta qué lleva cualquier cosa, me encanta hablar de política porque siempre llevo razón, nunca me acuerdo de las caras.
En cambio al Universo, a todos los dioses, a todas las diosas, a todas las monedas tiradas a fuentes, a las brujas que dicen saber hacer hechizos, a mis ancestras, a los tréboles de cuatro hojas (a veces, incluso a los de tres, por si acaso), a las 12 uvas, al soplar las velas, cuando me hacen adivinar en qué ojo tengo la pestaña caída, o si veo una estrella fugaz , siempre, siempre, pido el mismo deseo: dejar de tener miedo.
Sin más.
Que por pedir podría pedir una lotería, un buen trabajo o comer sin engordar.
Y sólo pido no tener miedo.
¿Fácil, no?
Pues nunca me lo conceden.
Hijos de puta...
En cambio al Universo, a todos los dioses, a todas las diosas, a todas las monedas tiradas a fuentes, a las brujas que dicen saber hacer hechizos, a mis ancestras, a los tréboles de cuatro hojas (a veces, incluso a los de tres, por si acaso), a las 12 uvas, al soplar las velas, cuando me hacen adivinar en qué ojo tengo la pestaña caída, o si veo una estrella fugaz , siempre, siempre, pido el mismo deseo: dejar de tener miedo.
Sin más.
Que por pedir podría pedir una lotería, un buen trabajo o comer sin engordar.
Y sólo pido no tener miedo.
¿Fácil, no?
Pues nunca me lo conceden.
Hijos de puta...
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