Y es que hoy quisiera tenerte cerca
para que me llevaras al lugar en el que todo se olvida,
donde no me preocupaba, 
el lugar donde no existen mineros muertos, 
ni banqueros, 
ni gente sin casa,
ni hijos de puta diciendo sandeces,
ni hijos de puta sin palabra. 
El lugar que hicimos mágico,
entre el colchón y las sábanas,
donde pasara lo que pasara,
allí no importaba nada.
Pero no te tengo cerca,
y aunque lo estuvieras, dudo que me llevaras...
Hoy toca comerse
la realidad con patatas.

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