Círculos y viciosos

No la quería. No la querría jamás. Eso ya lo sabía.
Pero se dejó querer. Necesitaba dejarse querer.
Por eso dejó que ella le convirtiera en el amor de su vida.
Él, en cambio, mientras ella le miraba cuando se hacía el dormido,
fantaseaba con encuentros con la que dejó que él la convirtiera en el amor de su vida.
Sin que por supuesto él fuera el de la suya,
porque ella cerraba los ojos y se imaginaba...

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