No han sido comprados sino que compran
las cosas que fabrican.
Nadie les da latigazos
pero se fustigan si no siguen las normas.
No llevan cadenas de hierro
pero las llevan en el alma,
insertadas a base de golpe de anuncio,
de cine,
de literatura
y de escuela.
Los parieron esclavas sublevadas,
para que sus hijas no arrastraran la condena,
pero se meten en la jaula con diligencia,
ya no notan que son jaulas.
Son esclavos sutiles del tiempo,
las costumbres,
las buenas maneras.
Han sido listos los negreros,
que cambiando forma
no han cambiado fondo
y uno no se vuelve contra lo invisible,
contra lo que no es,
contra quien no existe,
contra lo que ha elegido.
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